Clima & Energía

¿Podría México volverse un líder en energías alternativas?

El nuevo presidente enfrenta retos y podría aprender una que otra lección de China
<p>Andrés Manuel López Obrador (source <a href="https://www.flickr.com/photos/77130067@N04/7242409046/in/faves-145808072@N03/">MarioDelgadoSi</a>)</p>

Andrés Manuel López Obrador (source MarioDelgadoSi)

Andrés Manuel López Obrador asumirá el cargo de presidente de México el sábado en una ceremonia a la que acudirán decenas de jefes de estado. La expectativa que el nuevo mandatario despierta no es menor: es la primera vez que un candidato de izquierda gana en México y la campaña que logró su victoria, con más del 53% del voto, promete cambios profundos en seguridad, economía y energía.

México podría convertirse en un líder en energías alternativas a nivel regional y reducir su huella de carbono de manera considerable. AMLO, como se conoce al presidente López Obrador, ha expresado su apoyo por seguir este camino y parecería que la ruta que dibuja va hacia un futuro más ambientalmente consciente.

“Al nuevo gobierno le conviene seguir trabajando sobre la agenda de las energías limpias y la sostenibilidad, porque son parte de compromisos internacionales”, dijo a Diálogo Chino Ana Coll de Iluméxico, una empresa promotora de energía solar.

Sin embargo, los obstáculos que deben superarse para llegar a la meta de producir 35% de la energía eléctrica de fuentes limpias para el 2024, son considerables. Además, sin lugar a dudas y a pesar del apoyo a las energías renovables, las prioridades del gobierno están ubicadas en la extracción y la refinación del petróleo.

El contexto de la energía en México

73.3%

de la generación de electricidad en el país depende de combustibles fósiles

Actualmente el 73.3% de la generación de electricidad en el país depende de combustibles fósiles (gas natural, petróleo, carbón y diesel). El otro 26.7% es producido con fuentes alternas, principalmente de las hidroeléctricas cuyo aporte a la producción total es de 22%. La energía eólica representa 5% y la solar solamente 0.1%, según un estudio del Wilson Center Mexico Institute.

En el cuadro general México se queda atrás del promedio de América Latina que se apoya en 50% de energías alternativas.

A pesar de estas cifras bajas, existe una oportunidad importante de generar alternativas energéticas para sectores alejados y agrícolas, que actualmente tienen poco acceso. Existen alrededor de tres millones de mexicanos en 675.000 hogares, sin acceso a electricidad en zonas rurales. Las fuentes alternativas, son las más viables para alcanzar estas zonas.

“El gobierno no llega a atender a estos productores”, explicó Xunaxi Cruz de Sistema Biobolsa, una empresa que trabaja con ganaderos y agricultores y transforma el estiércol en biogás – energía renovable y un potente fertilizante orgánico.

“No los vemos como pobres, sino como personas que tienen el plan de crecer y esto se alinea a lo que dice el plan de gobierno”, agregó Cruz.

Ser la segunda economía más grande de América Latina, con una demanda de electricidad creciente y con recursos de energía que todavía no han sido descubiertos además, convierten a México en país lleno de oportunidades para las energías limpias.

La reforma energética del 2013 creó muchos incentivos para facilitar la generación de energías alternativas. Promulgada por el presidente Enrique Peña Nieto en 2013 y ejecutada en su totalidad en 2018, la reforma rompió el monopolio de la empresa estatal verticalmente integrada.

Esto abrió el mercado para empresas petroleras extranjeras, pero también para el sector de energías alternativas.

La reforma además incluye la creación de Certificados de Energía Limpia (CEC) que establecen un nivel mínimo de consumo de electricidad de fuentes de energía limpia para todos los grandes consumidores de México y que permiten a los participantes del mercado comprar y vender estos certificados.

Gracias a estos desarrollos, en el 2015, México estuvo dentro de los 10 destinos en el mundo más favorables para energías alternativas y se invirtieron más de 4 mil millones de dólares en este sector según el secretario de energía Pedro Joaquín Coldwell . México está dentro de los tres países en América Latina más convenientes para invertir en energía solar y eólica, y como un país volcánico también presenta gran potencial geotérmico.

¿Cuáles han sido las posturas del nuevo gobierno?

AMLO ha anunciado que va a reducir las importaciones de gas natural de Estados Unidos y en vez va a aumentar la generación de energías renovables, tanto de grandes hidroeléctricas, como de proyectos y sistemas de energía locales que incluyen energía solar, eólica, biomasa y geotérmica.

El futuro líder dijo que crearía incentivos por medio de estímulos y acceso a créditos para industrias locales para generar energía renovable. También expresó que al dejar su cargo, desea ver 100,000 autos eléctricos de energía solar manejando por todo el país. Sus propuestas proyectan reducir las emisiones en México por un 6,8 por ciento anual.

Propone acelerar la transición a energías renovables mediante el establecimiento de una red nacional de estaciones solares y llevar las energías sustentables a 45,000 comunidades que no cuentan con electricidad.

Lo innovador de sus propuestas es el enfoque que pone sobre la relación de las energías renovables y las comunidades, ya que los problemas que han surgido en México entre comunidades y empresas de energías alternativa han sido gravísimos.

La líder indígena Bettina Cruz, del pueblo binni’zaa, narra en el especial de DW Español, cómo su comunidad fue atropellada por las energías eólicas. En el estado de Oaxaca se despliegan extensos parques con enormes torres de aspas que generan energía día y noche.

“Estos proyectos de desarrollo que nos han impuesto, ninguno ha sido en beneficio de los pueblos, al contrario, ha habido hasta desplazamientos”, cuenta Cruz con indignación.

Muchas comunidades indígenas se oponen a los proyectos, que declaran, han sido instalados sin un proceso de consulta justo y comunitario. Aunque Cruz mira al nuevo mandatario con escepticismo, AMLO plantea cambiar la forma cómo se han llevado a cabo estos proyectos en comunidades indígenas.

A pesar de la mirada optimista y el panorama prometedor en energías renovables, el futuro líder ha enfatizado que la prioridad del país es la extracción del petróleo.

“El primer [objetivo] consiste en extraer petróleo y gas con urgencia, porque se está cayendo la producción petrolera”, dijo AMLO en un rueda de prensa y agregó que también busca reconfigurar las seis refinerías que ya existen, y construir una nueva refinería para el 2019.

China pone el ojo en la energía méxicana

China ya tiene intereses petroleros en México. La corporación China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) obtuvo dos importantes adjudicaciones en el 2016 en las que invertirá 8 mil millones de dólares en los próximos 35 años.

También participa en las energías alternativas. La empresa china Jinko Solar obtuvo la adjudicación de dos proyectos de plantas de energía solar en los estados de Jalisco y Yucatán que generarán entre 170 megavatios. Y la también china Envision Energy International, en consorcio con la mexicana Vive Energía, ganó la adjudicación para desarrollar dos parques eólicos en la península de Yucatán.

La tecnología que China ha desarrollado en energía solar en los últimos años también ha tenido un impacto importante en el país.

“China ha impulsado la manufactura de equipos solares a gran escala lo cual ha ayudado a bajar los costos de manera impresionante y ha hecho que la energía solar sea mucho más barata en México”, explicó Jonah Greenberger, fundador de Bright, una empresa de energía solar.

“Usamos paneles solares chinos exclusivamente en nuestros proyectos”, agregó Greenberger. Los fabricantes chinos de energía solar representan aproximadamente el 60% de la producción mundial de células solares y el liderazgo de fabricación solar en China se consolidó en 2017, según un informe del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA).

Sin embargo la inversión en energías renovables es mucho menor en comparación con la que atraen los hidrocarburos: más de 150 mil millones de dólares en inversión extranjera.

Pero la tecnología y la inversión no son las únicas fuentes de apoyo que México podría recibir del gigante asiático. En los últimos años China se ha convertido en la fuerza dominante mundial en la construcción y el financiamiento de tecnología de energía limpia a nivel mundial y México podría tomar como lección el proceso de este país.

Lo que México podría aprender del modelo chino

Entre 2000 y 2015 la eficiencia energética china mejoró en un 30% en la industria, tanto el principal motor de crecimiento económico de China como el mayor consumidor de energía.

El control estatal y los estímulos del gobierno aumentaron la eficiencia energética de manera impresionante. Las medidas chinas están estrechamente relacionadas con los sistemas políticos y de gobierno únicos del país. Y desde los años ochenta, China comenzó un programa nacional que revolucionó la energía y que se basó en las siguientes medidas:

  • El gobierno construyó un sistema para mejorar la eficiencia energética en el sector industrial, el más contaminante, que produjo éxitos notables.
  • Las campañas gubernamentales de ahorro de energía se destinaron a aliviar la escasez de energía mediante la planificación de todos los aspectos, grandes y pequeños, de ahorro de energía en las empresas.
  • El Estado estableció estándares de eficiencia energética, con nuevas empresas que solo podían comenzar a trabajar si se cumplían esos estándares.
  • El gobierno también ofreció subsidios sustanciales para fomentar las medidas de ahorro de energía, reduciendo los costos económicos para las empresas y alentando así el uso de equipos y tecnología de ahorro de energía.

A pesar de que estas medidas son costosas y difíciles de mantener a largo plazo, en el caso chino generaron una serie de transformaciones de bajas en carbono que han atraído la atención mundial.

México seguramente se beneficiaría de implementar políticas de control similares: generando incentivos para que la industria reduzca sus emisiones e invierta en energías menos contaminantes, pero esto implicaría un esfuerzo a nivel Estatal enorme.     También, según las recomendaciones del Wilson Center si quiere alcanzar las metas establecidas, México debería mejorar los sistemas de transmisión y distribución de energía, reducir los costos de la energía alternativa expandiendo los incentivos fiscales y apoyando a construir la industria local, y finalmente debería generar procesos comunitarios para apoyar las nuevas formas de energía. “Las energías renovables son un pilar de esta nueva administración”, enfatizó Soffía Alarcón, directora de Carbon Trust en México – un emprendimiento dedicado a reducir la huella de carbono de otros actores alrededor del mundo. “El reto del nuevo gobierno será priorizar la agenda de las energías renovables al mismo nivel que la del petróleo”, concluyó.

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