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Macri revisa grandes acuerdos

Nuevo presidente argentino podría cancelar pactos chinos

Al igual que el cambio prometido en muchas otras áreas de gobierno, las relaciones exteriores de Argentina van a estar sujetas a cambios con el nuevo gobierno del presidente electo Mauricio Macri y el vínculo con China no será la excepción, dejando abierta la puerta incluso a revisar e incluso cancelar los contratos firmados entre ambos países. El actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires encabeza el partido PRO y la alianza política Cambiemos con la cual ganó la segunda rueda de las elecciones presidenciales de Argentina del 22 de noviembre, obteniendo 51.4% de los votos y derrotando al candidato oficialista del Frente para la Victoria Daniel Scioli. Macri ha sido un fuerte crítico de los más de 20 acuerdos firmados entre Argentina y China y ya antes de ser electo resaltó su intención de revisarlos y cancelarlos de ser necesario en el caso de observar alguna irregularidad. Incluso envió una carta al embajador de China en Argentina, Yang Wanming, expresando su “preocupación” por los convenios. “Un gobierno que hizo todo mal en el sector energético le está marcando la cancha al gobierno entrante con acuerdos que lo comprometen por tres o cuatro periodos presidenciales. El nuevo presidente tiene el derecho a replantear esos acuerdos y ver si se pueden mejorar. Pero habrá que hacerlo de manera cuidadosa y transparente”, sostuvo a Diálogo Chino, Emilio Apud, asesor de Macri en política energética. China posee con Argentina una alianza estratégica integral, una categoría de vínculo que sólo mantiene con pocos países. La actual Presidenta Cristina Fernández de Kirchner viajó a China al igual que su contraparte Xi Jinping a Argentina y firmaron más de 20 tratados para desarrollar proyectos en materia cultural, tecnológica, energética y económica. Mientras que China garantizó financiamiento para obras clave de energía y transporte como represas y centrales nucleares, Argentina habilitó la adjudicación de obras sin licitación previa y abrió la puerta a la llegada de mano de obra asiática. Dichos acuerdos comprometen financieramente a Argentina por los próximos 18 años y deberían ser analizados, aseguran desde el entorno de Macri. Sin embargo, hacerlo significaría dar pasos atrás en la relación entre ambos países, que pasa ahora por un buen momento y llevó años de construir, aseguran expertos. “La relación entre Argentina y China es positiva, se progresó mucho en los últimos años. Pero es algo a largo plazo. Ir en contra de eso sería arruinar un trabajo de muchos años y no se lo aconsejaría a nadie. La relación entre ambos es una política de estado ya establecida y cambiarla sería un error político enorme. Romper los contratos sería ridículo”, afirmó a Diálogo Chino Gustavo Girado, economista y coordinador del Observatorio Asia Pacífico en la Universidad Nacional de La Matanza. Macri buscará dar un giro en la política exterior de Argentina, con el objetivo de reinsertar al país en el mundo. La prioridad será estrechar lazos con todos los países de América Latina excepto Venezuela y lograr el descongelamiento de las relaciones con los socios tradicionales como Estados Unidos y Europa. Hacerlo significa un desafío para China, acostumbrado a un trato preferencial de Argentina como uno de sus principales socios comerciales bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Sin perder tiempo, el portavoz de la Cancillería de China, Hong Lei, ya envió una carta a Macri para felicitarlo por su triunfo y resaltar la disposición a profundizar la alianza entre ambos países. “Macri le va a sacar el contenido ideológico a la relación con China, va a ser puro pragmatismo. Con Cristina Fernández de Kirchner la relación representaba una alianza contra el imperialismo, mientras que para Macri todo lo que tenga un contenido ideológico es malo. China se va a terminar acomodando a este nuevo tipo de vínculo”, aseguró Ariel Slipak, economista especializado en las relaciones entre China y América Latina y profesor en la Universidad de Moreno. Una cercana relación A pesar de la intención de revisar los acuerdos entre China y Argentina, Macri ha mantenido una relación cercana con el país asiático durante sus dos mandatos en la Ciudad de Buenos Aires. Numerosos trenes para el subte fueron comprados a la empresa estatal China CITIC, hoy utilizados en la línea A, sumado a visitas de Macri a China y a los estrechos vínculos comerciales de su padre Franco Macri con el gigante asiático. Al mismo tiempo, el empresario chino Fernando Yuan Jian Ping, uno de los referentes de la Cámara de Comercio Argentino China, es hoy legislador en la Ciudad de Buenos Aires por el partido PRO de Macri, quien además tiene vínculos con empresas Chinas interesadas en la explotación del litio en Argentina. “La Ciudad de Buenos Aires tiene una estrecha relación con la comunidad China. Compraron subtes, reformaron el Barrio Chino e incluso ya fue elegido un legislador de esa nacionalidad. Hay mucho potencial para crecer y las oportunidades de inversión de empresas chinas son enormes”, afirmó a Diálogo Chino Ernesto Fernández Taboada, Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino China. La relación comercial entre China y Argentina es actualmente asimétrica y es algo reconocido por ambos gobiernos. El año pasado se registró un déficit de US$ 5.000 millones en el comercio bilateral. El gobierno de Kirchner exportó casi US$ 5.000 millones mientras que el de Xi Jinping US$ 10.000 millones, una importante diferencia que todavía se debe resolver. Pero además de existir un déficit, el interés de China pasa principalmente por los productos primarios argentinos y no por las manufacturas, lo que supone una mayor presión sobre los recursos naturales del país. Entre 2003 y 2013 casi un 85% de la balanza comercial se concentró en tres productos: porotos de soja (55,46%), aceite de soja (19,27%) y petróleo crudo (10,04%). Hoy un 96% de la canasta exportadora argentina a China se compone de productos primarios o manufacturas basadas en recursos naturales, mientras que por el contrario, las importaciones provenientes de aquel país se encuentran diversificadas en varias manufacturas de bajo, medio y alto contenido tecnológico. El caso más nítido es la compra a China de locomotoras, coches y material ferroviario.