Clima

La visión de los expertos: qué podemos esperar del 2018

¿Cuáles son los principales desafíos ambientales y qué medidas debería tomar China?
<p>Contaminación del aire en la ciudad china de Anyang (imagen: <a href="https://www.flickr.com/photos/vtpoly/15291384524" target="_blank" rel="noopener">flickr </a>)</p>

Contaminación del aire en la ciudad china de Anyang (imagen: flickr )

El Dr. Tan Hao es profesor titular en la Universidad de Newcastle

Un desafío importante en 2018 será establecer un sistema de evaluación más sistemático para el desempeño de los gobiernos locales y los funcionarios del gobierno. Esto proporcionaría tanto a los funcionarios como al público expectativas más claras y consistentes.

Tanto los gobiernos locales como los funcionarios chinos luchan a menudo con diferentes prioridades que a veces pueden estar sujetas a directivas especiales por parte de niveles más altos en el sistema político y a cambios en la opinión pública que pueden causar confusión. Acontecimientos recientes, como la muy mal gestionada prohibición de la calefacción a carbón en Hebei, han demostrado que un enfoque ad hoc en el área de la protección del medio ambiente puede poner en peligro los esfuerzos de China para mejorar su medio ambiente en el largo plazo.

Por supuesto, las tensiones entre los objetivos sociales, económicos y ambientales no son exclusivas de China. Pero la introducción, interpretación e implantación de ciertas políticas en China podrían volverse menos arbitrarias.

Zhang Boju es director ejecutivo de Amigos de la Naturaleza

Hay una serie de procesos ambientales legislativos y de formulación de políticas que valdrá la pena observar en el 2018.

Las perspectivas de la contaminación del suelo en China no son buenas, y esto repercute directamente en la seguridad alimentaria y en la salud humana. Sin embargo, a pesar de su importancia, no existe una legislación, razón por la cual es de vital importancia la implementación de una ley focalizada en el medio ambiente del suelo. En el 2017 se inició el proceso legislativo para la Ley de Prevención de la Contaminación del Suelo, y el borrador de consulta resultante generó una amplia discusión en círculos profesionales.

En nuestra opinión, el núcleo de la ley es la responsabilidad y la rendición de cuentas. El contenido central de las leyes debe focalizarse en definir quiénes son los que tienen determinados derechos y cuáles son sus responsabilidades. Una definición sólida del área responsable es de vital importancia para la implementación de la ley de contaminación del suelo y, de hecho, para la protección del medio ambiente en general. Las principales tareas de esta ley son prevenir la contaminación, limpiar la contaminación existente y compensar las pérdidas.

Una definición clara de quién es responsable y la plena implementación del principio de quien contamina y quien paga es la única forma de garantizar que los responsables presten plena atención a sus deberes y tomen las medidas necesarias para evitar una nueva contaminación, y también, se debe dejar en claro quién es el responsable de la restauración y compensación: en lugar de continuar con la situación actual que establece que “las empresas contaminan, el gobierno paga, la gente sufre”.

El borrador de la Ley de Prevención de la Contaminación del Suelo no incluye definiciones claras de quién es el responsable de lidiar con la contaminación del suelo y, por lo tanto, los procesos venideros son aún más importantes.

Y, por supuesto, esos procesos también necesitan mejoras en el diseño de los mecanismos de reparación judicial, transparencia de la información y participación pública y mecanismos verdes de financiación. Es muy probable que la ley se apruebe en el 2018, por lo que necesitamos más personas y organizaciones para observar detenidamente estos procesos, realizar investigaciones y ofrecer sus opiniones y sugerencias.

Además, el Ministerio de Protección Ambiental aprobó recientemente su Método para la Gestión de Permisos de Contaminación (Prueba).  Este es el caso, por ejemplo, de una importante palanca de control dentro del sistema de protección ambiental de China, siendo un sistema de permisos que se vinculará con una serie de otros sistemas de gestión ambiental y será una parte importante de la participación pública y la transparencia de la información. Quienes se encuentren vinculados a la industria, investigadores y organizaciones ambientales no gubernamentales deberían prestarle mucha atención a estos temas en el 2018.

Ranping Song es asociado sénior del Instituto de Recursos Mundiales

China se encuentra en camino de superar los principales objetivos climáticos en unos dos o tres años antes de lo previsto. El país se comprometió a establecer un objetivo mínimo del 15% para la energía proveniente de combustibles no fósiles y reducir la intensidad de carbono de un 40% a un 45% por debajo de los niveles de 2005, todos objetivos trazados para el 2020. Para el tercer trimestre de 2017, el consumo de combustibles no fósiles alcanzó el 14.3%. Según los datos preliminares del gobierno, también estimamos que China ya haya reducido la intensidad de carbono en un 45%, alcanzando el límite superior del objetivo 2020.

Pero a pesar de este progreso, se proyecta que las emisiones de carbono y el consumo de carbón aumentarán nuevamente, revirtiendo una tendencia positiva de tres años. Esto se debe, en gran parte, a la reanudación del crecimiento en las industrias intensivas de energía, como la producción de acero, productos químicos y electricidad.

Pero ¿es esto sólo una casualidad o una tendencia? Para que la visión del Progreso Ecológico se arraigue, se necesitan medidas más sólidas, muchas de las cuales tienen sentido financiero incluso para los propietarios de las centrales eléctricas de carbón. Por ejemplo, una nueva investigación ha descubierto que las plantas de carbón existentes en China perderían la enorme cantidad de USD $ 14.2 mil millones bajo la gestión de la actual política. Sin embargo, si China prohibió nuevas plantas de carbón después de 2017, adoptó un plan de retiro de 30 años para las plantas de carbón y aceleró el despliegue de electricidad baja en carbono en línea con el objetivo de dos grados Celsius, las pérdidas podrían limitarse a USD $ 2.300 millones. China también puede vincular el comercio voluntario de certificados de energía verde con los estándares obligatorios de la cartera de energía renovable y, por lo tanto, podrá mantener los incentivos para la energía renovable sin agotar el presupuesto del gobierno.

Finalmente, el esquema nacional de comercio de emisiones debe ser vigilado de cerca. Si bien el comercio de carbono podría no ser principal impulsor de la reducción de emisiones de manera inmediata, podría sentar las bases para que China intensifique su ambición climática para el 2020.

Paulo Esteves es director del Centro de Políticas del BRICS

Los Bancos de Desarrollo Multilaterales (BMD) están amenazando los mecanismos de gobernanza socioambiental mediante la adopción de políticas que impulsan a los sistemas nacionales al centro de la escena de la gobernanza ambiental. En lugar de centrarse en las normas acordadas internacionalmente, los BMD confían cada vez más en los sistemas nacionales para hacer frente a los impactos socioambientales no deseados. Además, el enfoque en cascada del Banco Mundial, que está diseñado para crear un entorno favorable a las empresas, incluye la desregulación como una forma de atraer la inversión privada.

Estos dos conjuntos de políticas combinados hacen hincapié en los ya frágiles sistemas de países. Además, forman parte de una respuesta occidental más amplia al aumento de China como una fuente clave de inversiones en el área de infraestructura. En este contexto, es crítico evaluar cómo los sistemas nacionales están reaccionando a esta creciente presión, y lograr que China participe activamente, junto con las potencias occidentales, en un debate más amplio sobre la gobernanza socioambiental.

Peter Corne es socio gerente de Dorsey & Whitney Johnny Browaeys y director de Greenment Environment

Las campañas de aplicación se han convertido recientemente en una característica saludable del panorama medioambiental chino, pero necesitan mucho tiempo y requieren de una gran cantidad de recursos para implementarse. El gobierno debe trabajar para establecer un mecanismo que dependa de la autodeterminación en lugar de la simple la aplicación de fuentes externas (es decir, gubernamentales).

El castigo no es suficiente. La aplicación contundente no siempre “aterriza” bien; ni se “adhiere” correctamente. Por sí mismo, no constituye una herramienta de mayor eficiencia para su cumplimiento: los funcionarios ambientales no pueden estar en todas partes todo el tiempo. Es necesario que exista un mecanismo que inspire el cumplimiento voluntario, una cultura comercial de apoyo que conducirá naturalmente a un autogobierno. Este es el desafío que se interpone entre el gobierno y una verdadera “civilización ecológica”. Y es la única forma en la cual se pueden abordar de manera realista muchos de los defectos del actual sistema.

Si bien la aplicación es un elemento importante, es necesario establecer otros mecanismos para garantizar que el cumplimiento ambiental se convierta en una realidad sostenible: (1) Aquellos que están regulados deben ser ambientalmente conscientes por sí mismos, por lo que se necesita una mayor  educación en todos los niveles; (2) Aquellos que se encuentran regulados debe ser capaces de mejorar y recibir los recursos para mejorar; y (3) la regulación debe involucrarse en el proceso de construir un ambiente óptimo y motivado para alcanzar las metas que el gobierno ha establecido.

Entonces, con el fin de ilustrar este contexto, si debido a las preocupaciones ambientales, el dueño de una fábrica debe trasladarla, el propietario debería estar más motivado para construir una fábrica mejor, más limpia y de mayor tecnología. Y el propietario debe estar motivado para capacitar al personal que se verá afectado por dicha actualización.

Enrique Dussel Peters es coordinador de la Red Académica China-América Latina, con sede en la Universidad Autónoma de México

Ha habido un análisis creciente sobre la inversión extranjera directa (IED) en el extranjero por parte de China en América Latina y el Caribe (ALC), tanto en el caso de China como en ALC. Este análisis, particularmente por parte del área de Control China del OFDI en ALC por parte de la Red ALC-China, destaca una serie de cuestiones relevantes.

Desde el 2010 al 2016, la OFDI de China promedió unos USD $ 14.300 millones anuales. Las transacciones se mantuvieron altamente concentradas en materias primas, la propiedad pública y en el marco de tres países: Brasil, Perú y Argentina. Más recientemente, parte de este rendimiento general ha cambiado. Se espera que la inversión extranjera directa de China en el 2017 disminuya drásticamente, en especial como resultado de un control de capital más estricto y la implementación de nuevas regulaciones en China.

En términos cualitativos, también es importante entender que las empresas chinas hoy están siendo testigos de un importante proceso de aprendizaje en ALC y que este proceso está resultando muy costoso en términos de costos y de tiempo.

Ese artículo se publicó originalmente en chinadialogue.net