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El socio privilegiado de América Latina es China

Estados Unidos reactivó las relaciones con Cuba para intentar un acercamiento

La lucha contra la pobreza en una región considerada como una de las que posee la mayor desigualdad del mundo fue el tema central de la III Cumbre de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en Costa Rica durante el 28 y 29 de enero. Sin embargo, China y Cuba fueron las estrellas del encuentro entre los  líderes de 33 países de la región (todas las Américas, excepto Estados Unidos y Canadá). Presidentes y ministros citaron el afianzamiento de las relaciones con China como la conquista más importante del bloque regional que se obtuvo durante la presidencia pro tempore de Cosa Rica, que a partir de este jueves 29 comienza a ejercer Ecuador. Ricardo Patiño, ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, considera que la creciente presencia china en la región debe haber contribuido para que el presidente de los Estados Unidos Barak Obama tome la histórica decisión de restablecer relaciones con Cuba después de 50 años de guerra fría. “Debe ser preocupante para un país como Estados Unidos, acostumbrado a dominar el escenario político, económico y financiero casi en solitario, tener que lidiar con la nueva realidad, en la cual han dejado de ser nuestros socios privilegiados. Ahora el socio privilegiado para América Latina es China”, dijo Patiño. Poco antes de la III Cumbre del CELAC, representantes del bloque regional viajaron a Pequín para reunirse con el gobierno chino. El resultado de la reunión fue la firma de un acuerdo de alianza estratégica para los próximos diez años. Durante ese período, China prometió invertir US$ 250 mil millones en la región además de aumentar el nivel de las relaciones comerciales hasta alcanzar los US$ 500 mil millones. “Durante la última década, el comercio entre Asia y América Latina fue el que más rápidamente creció a nivel mundial; sobre todo entre Brasil y China, que en 10 años aumentó un 56%”, observó el analista político argentino Jorge Castro. “Además, desde el 2009, China es el socio comercial más importante de Brasil, lugar que había ocupado Estados Unidos durante cien años anteriores a esa fecha”. Según Patiño, justamente por haber reconocido que están perdiendo terreno en América Latina, mientras países como China avanzan, fue que el presidente Barak Obama tomó la decisión de normalizar las relaciones de Estados Unidos con el gobierno comunista cubano. “No lo digo yo, lo dijo el propio Obama. El pasado diciembre, cuando anunció su iniciativa, reconoció que las políticas de aislamiento de Cuba no solamente habían fracasado, sino que terminaron aislando a Estados Unidos”, dijo el ministro. El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba hace medio siglo pasó a ser una “espina” en las relaciones de América Latina con Estados Unidos, afirmó Patiño. En cada cumbre regional, los líderes de la región exigían que se eliminara el embargo, uno de los últimos vestigios de la guerra fría. Hasta la última cumbre de las Américas,  realizada en Cartagena de Indias en 2012, le dieron un ultimátum al gobierno norteamericano: ésta sería la última reunión a la cual asistirían sin la presencia cubana. “La decisión de Obama de normalizar las relaciones con Cuba fue una victoria cubana, pero principalmente un gesto político en relación a toda América Latina, que venía exigiendo la inclusión del país en los foros internacionales”, dijo Castro. “Como resultado, por primera vez, Cuba fue invitada a participar en la próxima Cumbre de las Américas que se realizará en abril en Panamá”. Pero hay voces que cuestionan la creciente presencia asiática en la región, alegando que China puede llegar a convertirse en una potencia imperialista, cuyo único interés sería explotar los recursos naturales de la región para consumo propio, omitiendo las consecuencias sociales y ambientales que podrían generarse en la región. Antes de la cumbre del CELAC, un grupo de jóvenes intentó entregarle al presidente de Nicaragua Daniel Ortega un paquete con siete mil cartas, 60 mil firmas, 52 recursos y un documento con el relato de 21 manifestaciones organizadas por 56 mil campesinos. Todos los documentos manifestaron la oposición a la construcción de un canal que atraviese el país uniendo los océanos Pacífico y Atlántico. El canal está siendo construido por una empresa china con sede en Hong Kong sin la participación del gobierno de China. La idea es construir una versión modernizada del Canal de Panamá por donde puedan pasar navíos de carga de gran porte. Sin embargo, quienes se oponen argumentan que la obra destruirá la naturaleza y obligará al traslado de comunidades agrícolas. No obstante, los gobiernos latinoamericanos no parecen preocupados por las consecuencias que podría ocasionar el modelo chino, que muchos consideran salvaje, en la región. Ricardo Patiño afirma que le corresponde a cada país – y a la región como un todo- establecer normas claras para proteger sus intereses y el medio ambiente para controlar su actuación. La propuesta ecuatoriana para el período durante el cual el país ejerza la presidencia pro tempore de la CELAC es justamente la de definir metas concretas para la región. “Las declaraciones de intenciones son buenas, pero no podemos quedarnos sólo con eso. Tenemos que definir políticas comunes, como en el caso de la protección del medio ambiente”, afirmó Patiño. El analista Jorge Castro afirma que China también está cambiando su política ambiental. “China y Estados Unidos, que son los principales emisores de dióxido de carbono, han llegado a un acuerdo. Por primera vez, los chinos han aceptado que se los trate de igual a igual con Estados Unidos y con el mundo desarrollado sobre la decisión de reducir la emisión de dióxido de carbono, y han apartado los argumentos que impidieron un acuerdo en la reunión de Kioto”, dijo. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue todavía más lejos al citar a China como una parte de la nueva arquitectura financiera que considera necesaria. “¿Por qué cuando enviamos el dinero de nuestros bancos centrales a bancos de países desarrollados nos dan un 1% de interés, pero cuando pedimos prestado nos cobran mucho más? ¿Por qué no guardar nuestras reservas en la región?” Al finalizar la Cumbre de la CELAC, Rafael Correa dijo en una entrevista que una opción sería apelar al banco de los BRICS, el grupo formado por Brasil, Rusia, China y Sudáfrica. ¿Y depender tanto de China no es peligroso? Según Jorge Castro, el comercio entre los 12 países de América del Sur y China viene creciendo mucho porque ambas regiones se complementan. “China es la primera economía mundial en términos de capacidad de compra doméstica y América del Sur es uno de los principales exportadores de commodities que China tanto necesita”, afirmó. Pero la relación comercial está evolucionando. “Los chinos están invirtiendo en el sector de manufacturas, especialmente en Brasil”, sostuvo Castro. Además, Latinoamérica no es la única región que depende de China. “Los chinos son el principal socio comercial de Estados Unidos y su primer inversor directo y también en Europa”, argumentó.