Comercio & Inversión

China aumenta préstamos a América Latina

Un tercio del total de los créditos es para Venezuela

El Banco de Desarrollo de China (BDC) prestó el año pasado la friolera de 10.000 millones de USD a Venezuela – un tercio del total de los préstamos a Latinoamérica y el Caribe – a pesar del creciente riesgo de una cesación de pagos por el país petrolero. Los créditos de los bancos de fomento y desarrollo chinos a la región crecieron a 29.000 millones de USD en 2015, un aumento interanual de 19.000 millones de USD, a pesar de los temores por la prolongada recesión brasileña y el colapso económico de Venezuela, según los últimos datos de la base de datos financieros de China y América Latina de Inter-American Dialogue. El monto total desembolsado es el mayor en un solo año desde 2005. En 2010, los bancos estatales chinos prestaron 35.000 millones de USD a la región. Los sectores de energía e infraestructura fueron los que más inversiones recibieron; la empresa petrolera venezolana PDVSA obtuvo un tramo de 5.000 millones de USD para “impulsar la producción”, dice la investigación. PDVSA ya se encuentra en dificultades para pagar los préstamos respaldados con petróleo debido a la caída de sus precios en el mundo. Además de en Venezuela, las finanzas chinas continúan centradas en países que también sufren dificultades económicas, como Brasil, Argentina y Ecuador. La asistencia que ofrecen los créditos a los principales países receptores es escasa, dice Margaret Myers, director del programa China-Latin America en Inter-American Dialogue, quien compila la base de datos junto con la Iniciativa para la Gobernanza Económica Mundial de la Universidad de Boston. “Desafortunadamente, los créditos chinos a Venezuela no han generado un gran beneficio económico duradero”, dijo Myers a Diálogo Chino. “A medida que ese país petrolero se acerca al default, China es cada vez más consciente de los peligros económicos y políticos de Venezuela”.   ¿Más de lo mismo? Además de las enormes transferencias directas de efectivo a los gobiernos latinoamericanos, China anunció tres nuevos fondos el año pasado para apoyar la cooperación en industria e infraestructura. El mayor de los fondos, el Fondo China-LAC de Inversión para la Cooperación Industrial, que cuenta con 20.000 millones de USD, fue anunciado durante la visita del primer ministro Li Keqiang al Brasil en 2015. El fondo se creó para actualizar las industrias latinoamericanas y envía una señal positiva de que China puede fomentar un crecimiento más sostenible en América Latina, que en 2015 se centró fuertemente en continuar el desarrollo de los sectores petrolífero y gasífero. Mientras estaba en Brasil, Li también firmó un acuerdo de cooperación conjunta para el cambio climático con la presidenta Dilma Rousseff y la empresas chinas —especialmente las grandes empresas privadas— están «muy interesadas» en las industrias renovables de la región. Hay grandes proyectos colaborativos en curso el sector de renovables en Brasil y Chile, y Li ha indicado que continúa habiendo interés por cooperar en las industrias con bajas emisiones de carbono en los próximos años. Considerando el cada vez más riesgoso perfil de los principales países receptores, tanto los bancos de fomento y desarrollo chino como los propios países receptores se beneficiarían con una mayor diversificación de las carteras crediticias, sugiere el informe. Mientras los “espectaculares cambios políticos” que adoptan la forma de nuevos gobiernos y legislaturas aparentemente más beneficiosos para los inversores – se extienden por los países fuertemente endeudados, los banqueros chinos estarán muy atentos. En un intento por aumentar la confianza en Argentina como destino para la inversión extranjera, el nuevo presidente Mauricio Macri se ha comprometido a revisar los acuerdos con China firmados por su predecesora, Cristina Kirchner. Al igual que Venezuela, Ecuador y Brasil, cuya deuda recientemente fue recategorizada a la baja, Argentina ha mantenido una relación tensa con los mercados internacionales de capital en los últimos años, que limitó las opciones a las que puede recurrir en busca de crédito. Pero a pesar de su situación de alto riesgo, los datos sugieren que los bancos de fomento y desarrollo chinos no dan señales de retirar su línea de rescate crediticio a estos países. “Parece ser una historia de mayor – no menor – financiamiento chino, incluso en estos tiempos económicamente inciertos”, concluye el informe.

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