Energía

China ahora es protagonista en el sector eléctrico brasileño

China Three Gorges está entre las tres empresas generadoras más importantes del país

En un intervalo de 24 horas, China ganó protagonismo en el escenario de energía eléctrica de Brasil. China Three Gorges (CTG) ganó la licitación de dos usinas hidroeléctricas cuyas concesiones habían sido licitadas por el gobierno federal. La usina hidroeléctrica de Belo Monte recibió la licencia ambiental para comenzar a operar, lo que favoreció a la empresa china State Grid, que va a construir las líneas de transmisión de la energía que será generada desde la región norteña, donde se localiza, hacia la región sudeste del país. Al ganar la licitación de dos usinas hidroeléctricas, China Three Gorges (CTG) ha logrado, de un solo golpe, posicionarse entre las tres empresas generadoras de energía eléctrica más importantes de Brasil. Las otras dos están localizadas en la frontera de los estados de San Pablo y Mato Grosso del Sur: Jupiá tiene capacidad para generar 1.551 MW de energía e Ilha Solteira de 3.444 MW. CTG pagará R$ 13.800 millones en concepto de “bonus de otorgamiento”, casi el 80% del total de R$ 17.000 millones que serán recaudados con la venta de las usinas. El contrato de concesión tiene una duración de 30 años. La energía generada por las hidroeléctricas se destinará a las distribuidoras, mediante cupos, con remuneración a través de tarifa. En opinión de José Jurhosa, director de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), la licitación ha sido “un éxito, en este momento de la economía del país”. Eduardo Braga, Ministro de las Minas y Energía, también festejó el resultado, en especial porque los recursos serán enviados al Tesoro Nacional, para contribuir hacia el ajuste fiscal. En un comunicado publicado inmediatamente después de la licitación, la empresa afirmó que Brasil es un mercado prioritario para CTG debido a su gran capacidad para generar energía eléctrica y porque posee un gran potencial para construir y operar usinas de gran porte. Es por este motivo que la estrategia de adquisición acelera la llegada de la compañía al país. “Dichas adquisiciones prueban claramente y de forma tangible que nuestra intención es invertir y de crecer en Brasil, cuyo mercado es prioritario en nuestra estrategia de expansión internacional”, afirmó Li Yinsheng, CEO de la CTG Brasil. “Se trata de una alianza de largo plazo”, complementó João Meirelles, vicepresidente de la Gerencia de Nuevos Negocios de CTG Brasil. La actuación de la empresa china en Brasil viene siendo tan agresiva que, apenas un día después de la licitación, anunció la conclusión de la compra de dos usinas hidroeléctricas de la concesionaria Triunfo, que ambas suman 300 MW de capacidad instalada. Sumando las hidroeléctricas de la licitación, las recién compradas y las participaciones de la subsidiaria brasileña EDP, que incluyen usinas hidroeléctricas y parques eólicos, China Three Gorges tendrá una capacidad instalada de aproximadamente 6.600 MW, lo que la posiciona detrás de las estatales Eletrobras y Petrobras. CTG también pasa a ser la segunda generadora privada en importancia del país, solamente atrás de Tractebel Energía, subsidiaria de Engie (ex-GDF Suez), con 6.900 MW. En el país actualmente existe preocupación en relación a la posibilidad de destrabar el mercado de la energía, hecho que ocasionó aproximadamente cien medidas cautelares, debido a los costos que la falta de lluvias le ocasionó a las empresas generadoras. La mayor parte de las usinas hidroeléctricas vienen generando energía por valores inferiores a la media establecida y, en función de eso, deben reponer la energía que no generaron realizando contratos con un precio establecido en el mercado spot, cuya cotización se viene elevando por causa de la merma en la cantidad de lluvias. La medida aprobada por el Congreso Nacional que establece reglas para recuperar dicho perjuicio y para protegerse contra extremos climáticos fue considerada decisiva para la licitación, opina el ministro Braga, pues fue el elemento necesario para garantizar la seguridad jurídica que el proceso necesitaba para que los negocios se realizaran. Belo Monte liberada A pesar de que los indígenas de la región amazónica se oponen desde que se inició su construcción hace 30 años, la usina hidroeléctrica de Belo Monte debe comenzar a llenar su reservorio de 516 km cuadrados a fines de enero del 2016. Según Marilene Ramos, presidente del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), la primera turbina de la usina debe comenzar a operar hacia el mes de marzo del año que viene. “Ésta (la licencia para operar) es solamente una de las etapas del proceso. A partir del momento en que se llene el reservorio, pasaremos a una nueva etapa del proyecto en la cual habrá nuevos impactos. Norte Energía deberá cumplir con una serie de obligaciones en relación a la licencia para operar”, afirmó Tomaz Toledo, director del área de Licencias Ambientales del Ibama. Durante la entrevista colectiva en la cual se anunció la licencia, un grupo de 50 indios que protestaban contra una enmienda constitucional, que transfiere de la Presidencia de la República hacia el Congreso Nacional la prerrogativa de determinar la demarcación de tierras indígenas, lamentó que la usina hidroeléctrica de Belo Monte hubiera obtenido la licencia para operar. “Nos hemos quedado todavía más preocupados. La construcción de la hidroeléctrica ya está secando el río. Es un día triste para nosotros”, dijo el cacique Tabata Kuikuro, del Alto Xingu. El consorcio responsable por la obra, liderado por la empresa Norte Energía, comenzó a llenar el reservorio inmediatamente después de que se hubiera aprobado la licencia ambiental. State Grid construirá 2.100 km de líneas transmisoras con una tensión de 800 kV de corriente continua, lo que constituye un hecho inédito en el país, y estima que realizará inversiones por aproximadamente R$ 7.000 millones. Se prevé que tales líneas comiencen a operar a inicios del 2018. Las líneas comienzan en la hidroeléctrica de Pará y van hasta San Pablo. La otra línea, que va hasta Río de Janeiro, tiene una extensión de 2550 km y demandaría inversiones por aproximadamente R$ 7.000 millones. Además de tener que enfrentar los desafíos que implica la implementación de dos líneas tan extensas, la empresa también deberá solicitar financiamiento al BNDES, el banco local de fomento, en un momento en el cual la economía brasileña se encuentra paralizada y al mismo tiempo enfrenta una inflación de un 10% anual. Ramom Haddad, vicepresidente de Operaciones y Mantenimiento de State Grid, aprovechó la ocasión para aclarar que la posibilidad de que la empresa lleve 11 mil trabajadores chinos a Brasil para construir la superlínea “no pasa de folklore”.