Clima

Caen las emisiones de carbono en Brasil mientras la economía se recupera lentamente

La deforestación del Amazonas disminuye; otros sectores emisores siguen constituyendo un desafío

Una reducción en la deforestación de la Amazonía generó que las emisiones de carbono de Brasil bajaran un 2,3% en comparación con el año anterior, según los datos publicados el miércoles por el Sistema de Estimaciones de Emisiones y Eliminaciones de Gases de Efecto Invernadero (SEEG).

En gran medida la disminución del 12% en la pérdida de la selva amazónica se atribuye a la acción de la principal agencia de protección ambiental de Brasil, Ibama, que hoy tiene un mayor presupuesto. Pero los resultados podrían haber sido mejores. La destrucción de los ecosistemas de sabana del Cerrado creció un 11%.

Esta leve caída se produce incluso cuando la economía de Brasil comenzó una lenta recuperación durante el año pasado, terminando con una recesión de tres años que consumió casi una décima parte del PIB durante dicho período. Usualmente, el crecimiento económico suele asociarse con un aumento de las emisiones.

“Esto muestra que cuando hay voluntad política para combatir la destrucción del medio ambiente, tenemos formas de enfrentar el desafío”,  sostuvo Carlos Rittl, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, uno de los 44 miembros de la plataforma SEEG.

Hoy las emisiones de Brasil son aproximadamente las mismas que en 1990. Pero la disminución del 5,5% en deforestación alcanzada este año, enmascaró el continuo aumento de las emisiones de otras fuentes, como el transporte y la industria.

Pero si ignoramos las emisiones de los cambios en el uso de la tierra [o la deforestación], las emisiones están creciendo, no disminuyendo

“Cuando lo comparas con otros países en desarrollo, es un éxito”, dijo Tasso Azevedo, coordinador técnico de la SEEG, en una conferencia de prensa. “Pero si ignoramos las emisiones de los cambios en el uso de la tierra [o la deforestación], las emisiones están creciendo, no disminuyendo”.

Aunque los resultados mejoraron en el 2016, Brasil aún no ha logrado obtener la reducción de la deforestación observada a principios del año 2000. En el 2014 se registraron las más bajas emisiones desde principios de siglo. El país está lejos de sus objetivos de reducir la deforestación de la Amazonía en un 80% y la deforestación del Cerrado en un 40%.

“Estamos estancados, incapaces de movernos”, dijo Azevedo.

El efecto Bolsonaro

La publicación de los datos estuvo signada por las preguntas sobre el futuro, cuando el presidente electo de extrema derecha Jair Bolsonaro se prepara para asumir el cargo. Bolsonaro ha asustado a los ambientalistas de todo el mundo con amenazas de abandonar el Acuerdo de París y cerrar el Ministerio de Medio Ambiente. También se ha comprometido a frenar el poder de las agencias locales de protección ambiental.

Incluso durante la campaña electoral, las cifras iniciales para el 2018 exhiben que la deforestación se disparó, dijo Rittl.

“La pregunta que persiste es qué tipo Brasil tendremos enero”, agregó. “Esta es la pregunta que nos hacemos y que el mundo entero también se hace”.

El sector agroindustrial será el principal sector por observar, cuando Brasil ingrese a este nuevo ciclo político. Actualmente, es el sector responsable del 71% de las emisiones, tanto directas como indirectas. Los números solían ser más altos, alcanzando casi el 90% en la década de 1990.

“Brasil ha estado mejorando, aunque con timidez en la forma en la cual administra el suelo agrícola”, dijo Ciniro Costa, de Imaflora, otro miembro de la SEEG.

El aumento del comercio de soja entre China y Brasil, y especialmente de carne vacuna, ha contribuido a un aumento de las emisiones.

Si bien los compradores pueden presionar para que los proveedores adopten prácticas más ecológicas, en última instancia, la responsabilidad de producir productos de manera sostenible recae en Brasil, dijo Costa.

“Tenemos una demanda, y depende de nosotros cómo responder a ella. Hay opciones para que respondamos con tasas de emisión más bajas ”.